“Podía haber sido peor” -le dijo el médico a mi madre cuando nací. Todo lo demás fue sencillo. Crecer siendo el menor de tres siempre es fácil, aunque con treinta y tantos años sigas siendo su mascota. La felicidad y la tristeza me rondan, pero me gusta tenerlas a una cierta distancia, la que me permite disfrutarlas.